Siguiendo el camino de Pierres Menar, voy a transcribir un pequeño cuento breve, la diferencia es que yo no se de quien es la obra que mejore, o empeore, siendo mas seguro lo segundo. Un microrelato que escribi hace un tiempo.
En un salon grande y marmolado, un gran piano era tocado, en profundo trance la niña pulsaba la teclas. Su madre a lo lejos solo miraba con lagrimas en los ojos.
Hasta que, envuelto en un abrigo marron y desgastado, un hombre atrapado por la musica se acerco, parado al lado de la puerta estupefacto murmuro:
-Pero, esa es una obra para cuatro manos-
Y las lagrimas en horror se transformaron.
Juan Humberto Rodriguez
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